SOBRE AUDIENCIA DEL 5 DE DICIEMBRE 2017
En las distintas audiencias sobre el caso Tarata, lo que se podemos ver claramente, es que Abimael Guzmán Reinoso viene siendo sometido a una sistemática hostilización, durante el nuevo juicio abierto por el mismo Estado que tiene el papel de acusador y juzgador a la vez.
El juicio llegó a la etapa del interrogatorio a testigos, hasta ahora fueron cinco testimoniantes, pero ninguno ha podido demostrar la autoría mediata de los dos cargos imputados y coincidentemente se agudizan las hostilidades y se dan extraños hechos como los ocurridos en torno a la audiencia del 5 de diciembre cuando declaró como testigo el general Marco Miyashiro por video conferencia.
Es evidente el conjunto sistemático de hostilidades contra el Dr. Guzmán en el marco del nuevo juicio abierto 25 años después de haber sido condenado a cadena perpetua y encerrado en aislamiento en el Penal Militar de la Base Naval del Callao, hostilidades tales como la brutal y agresiva campaña por el 12 de setiembre, como la imposición de escuchas y filmaciones de las entrevistas con sus abogados, o lo ocurrido previo a la audiencia del 5 como la requisa de la noche del 4 con DIRCOTE Y FISCALIA y las perturbaciones en la citación a esa audiencia (a primera hora le dicen que no habiendo orden no concurriría y a media mañana lo trasladan apresuradamente), maltratando, así a una persona de 83 años sin ninguna base legal de por medio que así disponga; buscando desestabilizarlo expresamente.
En la Sala, la presencia por vez primera, de la Procuradora Nacional Antidrogas –dijo- le confirmó la apreciación que tiene sobre este caso y que lo viene denunciando desde el inicio en sus breves intervenciones: “es plan político del Estado condenar por tráfico para denigrar al PCP y sus dirigentes.” Al escuchar que le concederían la palabra sin que su tema fuese parte de la pertinencia fiscal y en que su primera pregunta inducía y daba por sentada una “estrecha vinculación del PCP con el narcotráfico” el Dr. Guzmán optó por retirarse del juicio carente de sentido legítimo alguno para él, cansado de tanta infamia, como lo dijo. Es completamente falso que haya amenazado, y con mucha indignación ha rechazado la “infame” calificación a él y a su organización, el PCP de tráfico de drogas.
Los audios difundidos corroboran que es totalmente falso que Abimael Guzmán haya proferido amenaza alguna contra la Dra. Sonia Medina, esa es una calumnia de la funcionaria del Estado. Más bien sus palabras son expresión bastante clara de su gran rechazo a la “farsa de juicios” que le imponen, y a la vez, una justa respuesta a la provocación que significó la decisión política de la presencia y actitud prepotente, displicente e injuriosa de la Procuradora Nacional Antidrogas, habituada a tratar con otro tipo de procesados. Y tal vez la doctora Medina se haya visto repercutida por el fracaso de su interrogatorio, desesperación que la habría llevado a crear la tal “amenaza”. Sin embargo, lamentablemente estos dichos son los más propagados por los medios de comunicación, contribuyendo a la campaña estatal de desprestigio y a las hostilidades sistemáticas durante el contexto del juicio. Calumnia y provocaciones que son parte de la persecución política que incluye a Abimael Guzmán por no renunciar a sus convicciones ideológicas marxista-leninista-maoístas. Marco dentro del cual debería enjuiciarse la calumnia de la Señora Defensora del Estado.
¿Qué se busca? Crear una opinión pública contraria, aislar y condenar, así como buscar que concurra en las peores condiciones ahondando la desventaja procesal evidente. Actos inauditos en un estado de derecho y propio de los estados de excepción, que atenta contra la salud física y psíquica de un procesado.
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